Stuart Little

jueves, 27 de febrero de 2014

Circular Informativa: Proyecto "Aprendices visuales"

 

Estimadas familias:

El motivo de la presente circular es informarles de que a partir de la semana que viene se va a poner en marcha el proyecto "Aprendices visuales". La duración del mismo está estimada hasta la finalización del curso escolar. Consideramos que es necesario conocer cierta información sobre el autismo antes de iniciarlo puesto que el proyecto versará sobre ello.

¿Cómo son los niños y niñas autistas?

Las primeras manifestaciones del autismo comienzan siempre antes de los tres años aunque en apariencia suelen ser poco claras antes del primer año. Lo primero que suele observarse en el niño o niña pequeño con un problema de autismo es que es muy pasivo, permanece ajeno al medio y se muestra poco sensible a las personas y objetos que le rodean. Esto hace que, en ocasiones, los padres desarrollen en primer lugar el temor de que su hijo o hija sea sordo ante la falta de respuestas de sonidos y palabras que les dirigen.
Los déficits que presentan no se tratan de retrasos y desviaciones en relación a la pauta normal de desarrollo del lenguaje; se trata más bien de alteraciones severas en las habilidades comunicativas consideradas básicas y previas al desarrollo del lenguaje. En estos casos lo que falla son aspectos más amplios de la comunicación no verbal, como es la falta de intención comunicativa, la capacidad para compartir un interés con los demás, la dificultad para comprender el entorno social y los intereses, deseos y emociones de las personas que les rodean. Todos estos aspectos, que forman estrategias precoces de comunicación y son anteriores al desarrollo del lenguaje verbal, están alterados desde momentos muy tempranos del desarrollo infantil. Así, por ejemplo:

  • No adquieren las pautas de anticipación características del desarrollo de los primeros meses, ni las formas de reconocimiento social y apego habituales e los bebés normales, (por ejemplo levantar los brazos cuando les van a coger).
  • Las acciones del niño o de la niña se hacen cada vez más limitadas e inflexibles; carecen de curiosidad en explorar objetos que suele ser tan característico en la conducta infantil desde el último trimestre del primer año de vida.
  • Además, las conductas de comunicación intencional que se desarrollan en forma de llamadas y peticiones están muy alteradas o ausentes. Así, determinadas conductas funcionales de gran importancia en el desarrollo como las pautas de juego, imitación, el empleo de gestos y vocalizaciones comunicativas no llegan a adquirirse o se pierden progresivamente.
  • Algunas veces, estos síntomas se acompañan de otras alteraciones muy perturbadoras para el niño o niña autista y las personas que les rodean, como son: problemas de alimentación, falta de sueño, excitabilidad inexplicable y difícil de controlar, miedo a personas y lugares desconocidos, etc.

De forma simplificada podemos decir que los niños y niñas con autismo se caracterizan porque en ellos conviven de manera simultánea determinadas alteraciones y comportamientos:

Alteraciones en el desarrollo de la interacción social

En su forma más grave se manifiesta con un gran aislamiento, indiferencia o resentimiento al afecto y al contacto físico con los demás. El niño y la niña pueden dirigirse a otras personas para conseguir satisfacción en algunas necesidades sencillas y puede disfrutar con cosquillas o juegos de movimiento, pero mantienen escaso contacto visual y desarrollan una vinculación  muy limitada.
En otras ocasiones muestran una aceptación pasiva de los acercamientos que hacen los demás, pero tienen nula o escasa iniciación de contacto social y dificultades para compartir algún tipo de interés con los demás, por lo que no pueden desarrollar relaciones normales basadas en la imitación y la reciprocidad.
Algunos niños y niñas sí pueden implicarse pasivamente en actividades colectivas e inician la interacción con los demás pero esta tiende a ser de una forma peculiar y repetitiva. No suelen mostrar interés por las respuestas de los otros y les resulta difícil entender las normas que rigen las interacciones sociales convencionales.

Alteración de la imaginación

En los niños y niñas que tienen autismo u otro trastorno del desarrollo se aprecia un deterioro de la capacidad imaginativa, de tal manera que su patrón de actividades contrasta marcadamente con el desarrollo normal del juego que puede tener cualquier otro niño en esta edad. Muchos niños y niñas autistas utilizan los juguetes "sin sacarle partido", manipulándolos para obtener simples sensaciones o convirtiendo el juego en estereotipias; frecuentemente destaca su competencia para utilizar los objetos o juegos de manera puramente manipulativa en contraste con aquéllos que requieren creatividad, el uso de la imaginación para imitar y simular la realidad y poder llegar a actividades más simbólicas.
Sin embargo, también muchos de estos niños y niñas a través de la educación y "enseñándoles a jugar", pueden llegar a progresar hasta utilizar objetos reales o juguetes de miniatura y actividades que se acercan a lo que es el juego; en estas ocasiones la alteración se aprecia por una limitación en el repertorio de juegos que pueden llegar a crear, en la repetición continuada y en la dificultad que tienen para pasar a juegos más complicados y basados en la fantasía. Asimismo, es escaso el interés que muestran por compartir actividades con los otros y tienen graves dificultades para llegar a comprender el pensamiento, los intereses y las emociones de las demás personas.

Alteración de la comunicación

Anteriormente ya se ha avanzado que, en general, los niños y niñas con autismo presentan un deterioro cualitativo de en ámbito de la comunicación tanto verbal como no verbal. Si no fijamos en las pautas que sigue el desarrollo de la comunicación en los niños pequeños, tal como se han señalado en el capítulo anterior, podemos observar que en los niños y niñas autistas la comunicación verbal está alterada desde las edades más tempranas. Así, aparecen alteraciones en relación a:
  • La interacción comunicativa: En general no hay interés por comunicarse ni dar respuesta a los actos iniciados por otros, siendo inexistentes o muy pobres aquellos indicadores no verbales que informan que el sujeto está interesado en iniciar o mantener la comunicación (expresión facial, gestualidad, etc.)
  • El uso funcional de gestos comunicativos: Los alumnos y alumnas con trastornos graves en la comunicación tienen alteraciones para hacerse entender a través de gestos comunicativos como señalar, coger la mano para conseguir algo, etc. Cuando el trastorno en muy grave, los gestos están ausentes o aparecen pero en un contexto inadecuado y sin relación con el objetivo comunicativo que pretenden conseguir.
  • El uso de la mirada y el contacto visualtan importante en cualquier acto comunicativo es otro de los aspectos alterados. Les cuesta mantener la mirada con el interlocutor, se resisten a mirar de frente, mantienen la mirada perdida no dando oportunidad de iniciar la comunicación e impidiendo unos mínimos de atención sobre algo a alguien.
Los niños y niñas que han llegado a elaborar un lenguaje oral tienen un desarrollo del mismo generalmente más tardío, y los aspectos funcionales o pragmáticos del lenguaje, esto es, la comprensión y utilización del lenguaje dentro del contexto de relación, suele ser alterado. Cuando hay suficiente competencia en el habla suele ser característica la ecolalia o repetición en eco de lo que otros dicen, la inversión o confusión de pronombres y la repetición de palabras, frases hechas o incluso conversaciones.

Esperamos que esta información sea de vuestro interés y esperamos también vuestra participación, ya que con contar con Mikel en el aula es una experiencia muy enriquecedora para todos. 

Aprovecho la ocasión para saludaros atentamente, 

Miren.

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