El motivo de la presente circular es informarles de que a partir de la semana que viene se va a poner en marcha el proyecto "Aprendices visuales". La duración del mismo está estimada hasta la finalización del curso escolar. Consideramos que es necesario conocer cierta información sobre el autismo antes de iniciarlo puesto que el proyecto versará sobre ello.
¿Cómo son los niños y niñas autistas?
Las
primeras manifestaciones del autismo comienzan siempre antes de los
tres años aunque en apariencia suelen ser poco claras antes del primer
año. Lo primero que suele observarse en el niño o niña pequeño con un
problema de autismo es que es muy pasivo, permanece ajeno al medio y se
muestra poco sensible a las personas y objetos que le rodean. Esto hace
que, en ocasiones, los padres desarrollen en primer lugar el temor de
que su hijo o hija sea sordo ante la falta de respuestas de sonidos y
palabras que les dirigen.
Los
déficits que presentan no se tratan de retrasos y desviaciones en
relación a la pauta normal de desarrollo del lenguaje; se trata más bien
de alteraciones severas en las habilidades comunicativas consideradas
básicas y previas al desarrollo del lenguaje. En estos casos lo que
falla son aspectos más amplios de la comunicación no verbal, como es la
falta de intención comunicativa, la capacidad para compartir un interés
con los demás, la dificultad para comprender el entorno social y los
intereses, deseos y emociones de las personas que les rodean. Todos
estos aspectos, que forman estrategias precoces de comunicación y son
anteriores al desarrollo del lenguaje verbal, están alterados desde
momentos muy tempranos del desarrollo infantil. Así, por ejemplo:
- No
adquieren las pautas de anticipación características del desarrollo de
los primeros meses, ni las formas de reconocimiento social y apego
habituales e los bebés normales, (por ejemplo levantar los brazos cuando
les van a coger).
- Las
acciones del niño o de la niña se hacen cada vez más limitadas e
inflexibles; carecen de curiosidad en explorar objetos que suele ser tan
característico en la conducta infantil desde el último trimestre del
primer año de vida.
- Además,
las conductas de comunicación intencional que se desarrollan en forma
de llamadas y peticiones están muy alteradas o ausentes. Así,
determinadas conductas funcionales de gran importancia en el desarrollo
como las pautas de juego, imitación, el empleo de gestos y
vocalizaciones comunicativas no llegan a adquirirse o se pierden
progresivamente.
- Algunas veces, estos síntomas se acompañan de otras alteraciones muy perturbadoras para
el niño o niña autista y las personas que les rodean, como son:
problemas de alimentación, falta de sueño, excitabilidad inexplicable y
difícil de controlar, miedo a personas y lugares desconocidos, etc.
De
forma simplificada podemos decir que los niños y niñas con autismo se
caracterizan porque en ellos conviven de manera simultánea determinadas
alteraciones y comportamientos:
Alteraciones en el desarrollo de la interacción social
En
su forma más grave se manifiesta con un gran aislamiento, indiferencia o
resentimiento al afecto y al contacto físico con los demás. El niño y
la niña pueden dirigirse a otras personas para conseguir satisfacción en
algunas necesidades sencillas y puede disfrutar con cosquillas o juegos
de movimiento, pero mantienen escaso contacto visual y desarrollan una
vinculación muy limitada.
En
otras ocasiones muestran una aceptación pasiva de los acercamientos que
hacen los demás, pero tienen nula o escasa iniciación de contacto
social y dificultades para compartir algún tipo de interés con los
demás, por lo que no pueden desarrollar relaciones normales basadas en
la imitación y la reciprocidad.
Algunos
niños y niñas sí pueden implicarse pasivamente en actividades
colectivas e inician la interacción con los demás pero esta tiende a ser
de una forma peculiar y repetitiva. No suelen mostrar interés por las
respuestas de los otros y les resulta difícil entender las normas que
rigen las interacciones sociales convencionales.
Alteración de la imaginación
En
los niños y niñas que tienen autismo u otro trastorno del desarrollo se
aprecia un deterioro de la capacidad imaginativa, de tal manera que su
patrón de actividades contrasta marcadamente con el desarrollo normal
del juego que puede tener cualquier otro niño en esta edad. Muchos niños
y niñas autistas utilizan los juguetes "sin sacarle partido",
manipulándolos para obtener simples sensaciones o convirtiendo el juego
en estereotipias; frecuentemente destaca su competencia para utilizar
los objetos o juegos de manera puramente manipulativa en contraste con
aquéllos que requieren creatividad, el uso de la imaginación para
imitar y simular la realidad y poder llegar a actividades más
simbólicas.
Sin
embargo, también muchos de estos niños y niñas a través de la educación
y "enseñándoles a jugar", pueden llegar a progresar hasta utilizar
objetos reales o juguetes de miniatura y actividades que se acercan a lo
que es el juego; en estas ocasiones la alteración se aprecia por una
limitación en el repertorio de juegos que pueden llegar a crear, en la
repetición continuada y en la dificultad que tienen para pasar a juegos
más complicados y basados en la fantasía. Asimismo, es escaso el interés
que muestran por compartir actividades con los otros y tienen graves
dificultades para llegar a comprender el pensamiento, los intereses y
las emociones de las demás personas.
Alteración de la comunicación
Anteriormente
ya se ha avanzado que, en general, los niños y niñas con autismo
presentan un deterioro cualitativo de en ámbito de la comunicación tanto
verbal como no verbal. Si no fijamos en las pautas que sigue el
desarrollo de la comunicación en los niños pequeños, tal como se han
señalado en el capítulo anterior, podemos observar que en los niños y
niñas autistas la comunicación verbal está alterada desde las edades más
tempranas. Así, aparecen alteraciones en relación a:
- La interacción comunicativa: En
general no hay interés por comunicarse ni dar respuesta a los actos
iniciados por otros, siendo inexistentes o muy pobres aquellos
indicadores no verbales que informan que el sujeto está interesado en
iniciar o mantener la comunicación (expresión facial, gestualidad, etc.)
- El uso funcional de gestos comunicativos: Los
alumnos y alumnas con trastornos graves en la comunicación tienen
alteraciones para hacerse entender a través de gestos comunicativos como
señalar, coger la mano para conseguir algo, etc. Cuando el trastorno en
muy grave, los gestos están ausentes o aparecen pero en un contexto
inadecuado y sin relación con el objetivo comunicativo que pretenden
conseguir.
- El uso de la mirada y el contacto visual, tan
importante en cualquier acto comunicativo es otro de los aspectos
alterados. Les cuesta mantener la mirada con el interlocutor, se
resisten a mirar de frente, mantienen la mirada perdida no dando oportunidad de iniciar la comunicación e impidiendo unos mínimos de atención sobre algo a alguien.
Los
niños y niñas que han llegado a elaborar un lenguaje oral tienen un
desarrollo del mismo generalmente más tardío, y los aspectos funcionales
o pragmáticos del lenguaje, esto es, la comprensión y utilización del
lenguaje dentro del contexto de relación, suele ser alterado. Cuando hay
suficiente competencia en el habla suele ser característica la ecolalia
o repetición en eco de lo que otros dicen, la inversión o confusión de
pronombres y la repetición de palabras, frases hechas
o incluso conversaciones.
Esperamos que esta información sea de vuestro interés y esperamos también vuestra participación, ya que con contar con Mikel en el aula es una experiencia muy enriquecedora para todos.
Aprovecho la ocasión para saludaros atentamente,
Miren.